La iglesia de los Carmelitas es pensada sobre el mismo plano que San Vicente y San Miguel : una nave central de carácter luminoso, unas capillas laterales sin comunicación entre ellas : todo se centra en el coro
Esta iglesia de estilo gótico mediterráneo es el vestigio más hermoso de un antiguo convento carmelitano. Dispersados cuando la revolución (la iglesia sirve entonces de granero), los Carmelitas vuelven a comprar el conjunto a mediados del siglo XIX. Y vuelven a ser expulsados. Lo que explica su desmantelamiento : dos de sus capillas sirvieron de tiendas.
Los siglos han dejado su huella.
En los trabajos de investigación previos a su rehabilitación, se encontraron unos elementos que podrían ser anteriores al incendio de la ciudad provocado por el Príncipe Negro en 1355 : dos pies de capiteles se pueden ver en la primera capilla a la izquierda. Estamos a fines del siglo XII y principios del siglo XIV.
Se ven igualmente algunas marcas de pinturas seguramente del sigloXV, anteriores a los frescos del siglo XIX.
Las tumbas de las ricas familias carcasonesas fueron desmanteladas y vendidas en parte al museo de los Agustinos en Tolosa.
Las pinturas murales del siglo XIX son obra de un discípulo de VIOLLET LE DUC MARIUS ENGALHIERE. Una de ellas presenta a la Virgen María llorando y refleja un hermosísimo trazo. Reanudan con la historia espiritual del Carmelo con sus santos fundadores. Igualmente la estatuaria de piedra pintada : San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Avila.
Por fin, el siglo XX nos ha dejado la vidriera del coro : Elías sobre su carro de fuego (obra del artista Gerardo MILLION). La experiencia de Elías en el monte Carmelo es considerada por los carmelitas como punto de partida de su vida espiritual.
La capilla del Santísimo Sacramento es la antigua capilla del escapulario, una cofradía de laicos piadosos asociados a la Orden de los Carmelitas.
La primera bóveda original es de ladrillos, la segunda bóveda está en parte encalada, pero, a merced de las infiltraciones, se pueden descubrir unos frescos de los siglos XV y XVI (un ángel) el cual merecería una bella rehabilitación.
Quedan igualmente unos vestigios del antiguo convento, hoy día obispado, especialmente una parte que no está abierta al público, con dos puertas Renacimiento, una de ellas da a una escalera de caracol, de piedra, que lleva al apartamento del obispo.
En el gran vestíbulo de entrada : un hermoso Cristo puesto en depósito por el tribunal de Carcasona. Más abajo, un cuadro recién restaurado, presenta a San Vicente en su calabozo, unas boiseries que seguramente enmarcaban un retablo, las cuales igualmente restauradas ( quizás en el siglo XVII), por fin, una gran puerta de entrada que lleva el blasón de los Carmelitas (blasón del siglo XVII, puerta quizás más reciente) y que da a la calle de la Libertad.
En el patio, se pueden ver los arcos del claustro del siglo XVII, (queda muy poco del claustro del siglo XIV) y una hermosa vista de lo que queda del campanario fortificado que fue raseado en 1792.
Por fin, los trabajos previos de diagnóstico del edificio han permitido ver lo que pasa debajo del tejado, en donde se ha descubierto una armazón original (del siglo XIV) y lo más interesante, unas boiseries pintadas. Esperamos poder en parte darlas a ver ya que el proyecto de rehabilitación preve desmontar la falsa bóveda del primer tramo (encima de la tribuna) a fines de revelar los tesoros escondidos de aquella joya de la Bastida.